SEGÚN DICE LA PRENSA……
LAURA DANIELE | MADRID _ABC-Hoy
Para la Iglesia no hay voto de partido que valga. Ir en contra de un derecho tan fundamental como el derecho a la vida es un «contrasentido ético» que no admite «ningún tipo de negociación». Así lo explicó ayer el secretario general de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, durante su intervención en la primera edición de los Desayunos Informativos CEU, en la que se refirió principalmente a la actual reforma de la ley del aborto que promueve el Gobierno socialista.
A la espera de su próximo debate en las Cortes, el prelado avisó a la clase política que ningún católico «puede aprobar ni dar su voto a favor» de esta reforma sin caer «objetivamente en un pecado mortal». «Esto vale para todos, incluso por encima de lo que diga el partido», insistió. Aunque no lo explicitó, el portavoz se refería así al presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, quien semanas atrás aseguró que no habrá en la votación de esta reforma el voto de conciencia sino sólo el de partido, por lo que todo diputado que esté en contra del proyecto no tendrá otra opción que abandonar el escaño.
«Herida en la conciencia»
Las consecuencias de apoyar tan polémica ley no acabaron allí. A renglón seguido, el portavoz ofreció nuevos matices, al recordar que todo aquel que «propague» esta nueva normativa incurrirá en un «pecado público», por lo que tampoco «podrá ser admitido en la Sagrada Comunión». Esta situación no equivale a la de la excomunión, ya que, según explicó, ésta sólo recae inmediatamente en los «que participan directamente en un aborto realizado».
El secretario general completó su lista con la herejía, al señalar que incurre en ella todo político que afirme que «quitar la vida a un ser humano inocente es legítimo», ya que «va en contra de la fe divina y católica que es la ley máxima de la Doctrina de la Iglesia».
Con esta enumeración, el prelado pretendió resaltar «la enorme herida en la conciencia social y moral» que supone la reforma. De hecho, recordó que la primera ley del aborto surgió en 1920 en la Unión Soviética de Lenin. «Es curioso -señaló- pero allí es donde el aborto empezó a tener un respaldo legal, en un Estado que se consideraba propietario de la vida». En todo caso, añadió, «la vida es un bien público de primer orden que obliga a todos, incluso al Estado, a protegerla».
Antes de comentar la noticia, quiero declararme como perteneciente a esa generación de “católicos por nacimiento”, practicante por períodos intermitentes de mi vida y que al día de hoy (con algunos años encima), me declaro-por el momento-“agnóstico respetuoso”.
Hecha esta aclaración para que el lector se sitúe, quiero decir que me parece bien lo que manifiesta el Sr. Secretario de la Conferencia Episcopal, estoy de acuerdo en que “los pastores” de cualquier creencia están en la obligación profesional y moral de aleccionar a sus “corderos”.
Se abre-al parecer- una nueva etapa en que los políticos-católicos serán informados públicamente a través de la Secretaría de la Conferencia Episcopal de todas y cada una de las “maldades” que han de evitar y que podrían ser entre otras:
*No despilfarrar dinero público
*No estafar
*No robar dinero público
*No prevaricar
Siempre ,claro esta, que estos deslices,detallados anteriormente,sean considerados “objetivamente un pecado mortal” ya que si no fuese así no habría caso.
En el contexto de la noticia no se explica si los políticos que osen votar la comentada Ley quedaran “sine die” fuera de la Sagrada Comunión , o por el contrario una vez cometido el “pecado” y con la consiguiente confesión en regla, serán nuevamente admitidos, queda por aclarar, supongo que los implicados se informaran al respecto y por los cauces reglamentarios…como debe ser.