«Los Mayos», es una fiesta popular de orígenes ancestrales. Fue una celebración de la primavera, que coincidía con el primer domingo de dicho mes. En la antigüedad poseía connotaciones rituales a la divinidad primaveral y a la naturaleza. Se celebra en muchos países y ciudades con variantes para la misma festividad.
Los orígenes de esta fiesta se remontan a las antiguas civilizaciones fenicias que exaltaban la primavera y los griegos manifestaban así su adoración a sus dioses en fiestas conmemorativas de exaltación de acontecimientos que para aquellos hombres tenían trascendencia, tales como los cambios de estaciones. Esas costumbres fueron asimiladas por nuevas civilizaciones prerromanas, como la celta cuya festividad de Beltane marcaba el comienzo de la temporada verano pastoral cuando el ganado se llevaba hacia los pastos frescos de primavera en las montañas.
Esta tradición fue asimilada por los romanos en su adoración y culto a sus dioses y en honor de la llegada de la primavera y de las primeras flores del año, el día que corresponde con el actual primer día de mayo. Todo poblado romano tenía además de los dioses oficiales los propios autóctonos. En Hispania, se adoraba a la diosa Bona Dea, diosa de la fertilidad que se celebraba a la llegada de la primavera. Esta tradición sufrió variaciones con la llegada de los árabes a Castilla, como la manifestación en cantos o rondas a la persona amada. El cristianismo asimiló fiestas paganas que se profesaban con anterioridad a su implantación en fiestas religiosas, la mayoría de dichas fiestas paganas pasaron a ser fiestas en honor de la Virgen Maria.
En algunos lugares de Castilla y la Mancha, la noche del 30 de abril las rondas salen a recorrer las calles y se detienen bajo las ventanas de las mozas, obsequiándolas con canciones amorosas: los mayos. Otros rituales propios de esta celebración son “plantar el mayo” un poste con flores en la plaza y hacer enramadas en las puertas de las muchachas.
Tradicionalmente la celebración de los mayos traía añadida una ceremonia de emparejamiento entre mozos y mozas solteros del pueblo; un emparejamiento que muchas veces no pasaba de ser un juego, pero que en ocasiones daba lugar a relaciones duraderas en una sociedad en la que las posibilidades de los jóvenes para relacionarse eran limitadas. La forma de relacionar chicos con chicas, variaba según las poblaciones las más habituales eran la subasta, en la que los mozos pujaban por la moza a cuya atención aspiraban, o el sorteo extrayendo de dos recipientes papeletas que previamente se han introducido con los nombres de todos los mozos y los de todas las mozas.
La tradición de los mayos está muy extendida en Castilla-La Mancha, voy a narrar con mi experiencia porque en mi juventud participe en dichas rondas de mayos e los pueblos, los mozos se reunían para organizarse y ensayar, aportaba cada mozo su guitarra, bandurria o laúd, un acordeonista era el máximo aporte profesional, gente con pandereta, morteros de bronce y botellas de anís que tenia unos resaltes cuadrados que se les sacaba sonido con una cuchara, el ritmos era 1,2,3, golpe, el primer sábado de Mayo era el día elegido para que participaran el mayor numero de muchachos, que algunos estaban en la capital estudiando o trabajando. Unos responsables, tomaban nota de las muchachas a las que había que rondar, eran los solteros sin compromiso que aspiraban a que una joven se percibiera de su interés, los casados podían también pedir a los rondalla cantaras a sus esposas, amigos o familiares a las jóvenes, ninguna mocita del pueblo se quedaba sin que la rondaran. Cuando una muchacha no tenía rondador se le asignaba uno de los mozos presentes o ausentes.
El sábado elegido los mozos se unían para una merienda cena, comiendo chuletas asadas con sarmientos, y chorizos todos regados por el tinto local y adobados como digestivo con aguardiente serrano. El grupo salía animado y se recorría el pueblo cantando en cada casa donde había mocitas, e incluso a las viudas, empezaba al apuntar la noche y duraba mientras el grupo resistía. Al día siguiente domingo se continuaba con la ronda, las madres de las rondadas daban una gratificación a los rondadores: con unas monedas, huevos, trozos de tocino, nueces y otros alimentos, o bien sacaban una botella de licor, aunque sobrados de alcohol ya estaban, existía un rondador que alumbraba el camino con un farol, ya que en la época la iluminación era muy escasa.
A mi los mozos me dedicaron a la hija del Alcalde del lugar, sin yo pedirlo, una joven no precisamente agraciada, por la que ningún mozo prestaba interés, mi sorpresa es que recibí una invitación de los padres, como para facilitarme el camino a un noviazgo, y tuve que aceptar, no todas las rondadas acababan en novias, era un divertimento de una noche donde los mozos se adueñaban de la ciudad.
EL MAYO MÁS CANTADO Ya ha venido mayo Bienvenido sea Regando cañadas Casando doncellas Ya llega la noche Sea enhorabuena De cantarte mayo Regalada prenda. Tu pelo es madeja De oro más fino Que envidian los rayos Del sol purpurino. Estos tus dos ojos Luceros del alba Alumbran en el cielo De mi esperanza. Esas tus mejillas Blancas, coloradas, Son, niña, azucenas Con rosas mezcladas Esos tus dos labios Son clavel partido Que causan envidia Al hermoso lirio. Tu boca es chiquita Graciosa y risueña Con dientes menudos Que parecen perlas. Ese hoyo pequeño Que hay en tu barbilla |
Es la sepultura Para el alma mía… Mayos a la Santa Cruz Pedimos permiso Para cantar los mayos Que sin tu licencia No podemos cantarlos. A la Santa Cruz Los mayos cantamos Con mucho fervor En el mes de mayo. En ti Cruz bendita Por nuestros pecados Clavaron a Cristo Y le crucificaron. A esta Cruz bendita Debemos respeto La llevamos todos Sobre nuestro pecho. En esta bendita Cruz Se arrodilla una cristiana A la una y a las dos Y a las tres de la mañana. Vete tú con Dios, Paloma, Que alzas el vuelo a tu nido Yo me quedo con la Cruz Que Jesucristo ha querido. Lucero del alba De ti me despido Y te pido ilumínanos Siempre en tu camino.
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