Una montaña de pensamiento: Michel de Montaigne

«Lo soy todo menos un escritor de libros. Mi tarea consiste en dar forma a mi vida. Es mi único oficio, mi única vocación» (Montaigne)

Me gusta tener libros sobre mi mesilla de noche y cerca del lugar desde el que escribo habitualmente. Uno de esos libros es una recopilación del libro de Michel de Montaigne, Ensayos,  en la edición del Círculo de Editores del año 1992 que recoge únicamente ocho capítulos: De la educación de los hijos, De la amistad, Del ejercicio, Apología de Raimundo Sabunde, De la presunción, Del arrepentimiento, De la vanidad, De la experiencia. Esta selección dice el recopilador se hizo por su permanente actualidad, es decir que lo que se dictó a finales del siglo XVI sigue teniendo interés el siglo XXI. Es un clásico.

Montaigne no escribe una autobiografía, ni un relato a modo de novela, ni un tratado de fisiología, ni una colección de citas famosas, ni un farragoso texto lleno de latinismos, ni un recetario de remedios para curar enfermedades. Simplemente escribe en primera persona sobre todo lo que a un hombre de su época podía preocuparle sin ningún afán de buscar premios o prebendas de los famosos.

Gracias a la bilbioteca CERVANTES VIRTUAL podemos tener acceso en línea a esta  obra, que marcó un antes y un después en la literatura personal de opinión, donde se emite una interpretación de cualquier tema sin necesidad de aportar pruebas fuera del juicio personal.

Iniciamos una nueva serie de apuntes filosóficos sobre los ENSAYOS  de Montaigne (1580) que comentaremos con noticias o aspectos observables en nuestra vida de ciudadanos del siglo XXI. Para empeza nada mejor que la entrada con la que inicia su texto, en realidad su dictado ya que Montaigne dictaba sus pensamientos  en el torreón circular de  su  castillo a donde se retiró de la vida pública:

El autor al lector

Este es un libro de buena fe, lector. Desde el comienzo te advertirá que con el no persigo ningún fin trascendental, sino sólo privado y familiar; tampoco me propongo con mi obra prestarte ningún servicio, ni con ella trabajo para mi gloria, que mis fuerzas no alcanzan al logro de tal designio. Lo consagro a la comodidad particular de mis parientes y amigos para que, cuando yo muera (lo que acontecerá pronto), puedan encontrar en él algunos rasgos de mi condición y humor, y por este medio conserven más completo y más vivo el conocimiento que de mí tuvieron. Si mi objetivo hubiera hubiera «>hubiera «>sido buscar el favor del mundo, habría echado mano de adornos prestados; pero no, quiero sólo mostrarme en mi manera de ser sencilla, natural y ordinaria, sin estudio ni artificio, porque soy yo mismo a quien pinto. Mis defectos se reflejarán a lo vivo: mis imperfecciones y mi manera de ser ingenua, en tanto que la reverencia pública lo consienta. Si hubiera yo pertenecido a esas naciones que se dice que viven todavía bajo la dulce libertad de las primitivas leyes de la naturaleza, te aseguro que me hubiese pintado bien de mi grado de cuerpo entero y completamente desnudo. Así, lector, sabe que yo mismo soy el contenido de mi libro, lo cual no es razón para que emplees tu vagar en un asunto tan frívolo y tan baladí. Adiós, pues.

De Montaigne, a 12 días del mes de junio de 1580 años.


Share

Los libros y el Opus Dei, pobre Maruja.

Descubro en el blog de Ismael Valladolid que siempre habrá diferencias entre los seres humanos  según los libros que leen y las  reflexiones que sugieren. Pienso que es muy difícil que veamos todos igual el mundo que nos rodea y por tanto llegar a consensos en las normas que nos debemos dotar, para vivir acorde con el bién común, como hemos aprendido con el profesor Lison de Filosofía Moral. Es, pero que muy difícil …cuando se persiste en prohibir libros que incitan a razonar, a criticar el orden establecido o a pensar de forma diferente.

Los seguidores del Opus Dei tienen a su disposición una lista de libros clasificados para que comprueben los que pueden leer. La numeración indica el grado de permisividad del 1 recomendo al 6 prohibido.

1 – Libros que pueden leer todos, incluso niños: Ej.: Heidi, Marco, algunos cuentos de los Hermanos Grimm, todos los libros de los miembros de la Obra…

2 – Lectura en general recomendable aunque requiere un poco de formación. En las bibliotecas de los centros hay libros a disposición del público (numerari@s y agregad@s) con calificaciones 1 y 2.
3 – Los pueden leer quienes tengan formación (puede haber escenas o comentarios “inconvenientes”). Se necesita permiso del director espiritual.
4 – Los pueden leer quienes tengan formación y necesidad de leerlos. Se necesita permiso del director espiritual.
5 – No se pueden leer, salvo con un permiso especial de la delegación.
6 – Lectura prohibida. Para leerlos se necesita permiso del Padre (Prelado).

He consultado algunos de los libros que he leído hasta la fecha y lógicamente he encontrado clasificados con 6 muchos de mis autores favoritos:Benedetti, Bernhard, Maupasant, W.Benjamin, M. Camus, E. Canetti, Descartes, Flaubert, Pascal, Voltaire, Cela, Galeano, Cortazar, L. Durrell,R. Walsser,  M. Kundera, G. Grass, H. Hesse, C. Jung, Freud, D. Lessing, C. Levi-Satrauss, P. Quignard, Almudena Grandes, Ana Mª Matute, Baudelaire, Zola, Zweig, Unamuno,  Susana Fortes, Stuart-Mill, entre otros.

Mi sorpresa ha sido al comprobar que el sesudo libro (no lo he leído, lo digo por el título) «Libertad y Solidaridad» de José María Aznar lo pueden leer hasta los niños pero el del locutor F.Jiménez Losantos «Los nuestros»  necesita autorización del Director Espiritual por lo de las escenas o comentarios inconvenientes.

Pero lo que más me ha dejado  intrigado es  Maruja Torres y su libro titulado «¡Oh,es él!  Viaje fantástico hacia Julio Iglesias».  ¡Que dirá mi adorada Maruja para que únicamente pueda leerse con autorización del Obispo del Opus Dei!  …

Fe en lo humano

Ando estos días muy ocupado con la revista (UNIVERSIEDAD), la maquetación es muy laboriosa cuando se empieza de cero, pero sigo leyendo a mi amigo John.

botes-en-el-mar-1835-40-joseph-mallord-william-turner

Hoy que el sol brilla primaveral a orillas de este Mediterráneo, que no nos merecemos,  me acerco a su diario y encuentro esta entrada que es toda una llamada al optimismo, al progreso del que tanto nos habló ayer Amparo en Estética. Es curioso que esa fe en el progreso moral del ser humano proviene casi siempre de los que adoptan posturas más cercanas al mundo real. Es como si la utopia en un mundo mejor suplantase la creencia en el más allá.

14 de abril de 1854

La desgracia de haber nacido y de estar condenado a morir casi en la infancia del progreso humano moral, intelectual e incluso físico, sólo puede aminorarse estando en comunión con aquellos que ya son todo lo que los seres humanos bien constituidos serán algún día, y teniendo conciencia de estar haciendo algo no totalmente privado de valor, en pro del lento pero gradualmente acelerado progreso hacia esa última consumación.

La dignidad y el bien común

Ahora que se habla tanto sobre la dignidad de los creyentes, de los políticos, incluso en filosofía moral se nos dice que los caminos para conseguir la felicidad no deben estar reñidos con la dignidad, creo que estos apuntes de  Stuart Mill explican  la idea de dignidad relacionada con los otros, con el bien común. 

Cuando uno contempla tantas obras mastodónticas que ofenden por innecesarias, el uso de la tortura, la manipulación de la verdad, piensa que estos atentados a la dignidad de muchas personas no se ve reflejada en los parlamentos ni en los medios de comunicación ni en las obras de arte porque, tal vez, ya nos han acostumbrado a vivir sin ella y no sabemos cómo defenderla.

10 de abril de 1854

Todos los sistemas de moral coinciden en prescribir que hemos de hacer aquello, y sólo aquello que esté de acuerdo con nuestra dignidad. La diferencia entre una persona y otra estriba principalmente en aquello con lo que se asocia la dignidad personal. En algunos, se asocia con el éxito mundano o egoísta. En otros, con el supuesto favor de los poderes celestiales. En otros, con un complacerse en la propia obstinación. En otros, con la vanidad de sí mismos. En los mejores, con la simpatía de aquellos a quienes respetan y un justo interés en el bien de todos.

ADIOS PENDRIVE, ADIOS


clip_image002

ADIOS PENDRIVE, ADIOS…

En tiempos de crisis, la RED acude en nuestra ayuda y nos facilita el trabajo y alígera el bolsillo.

Efectivamente para todos aquellos que confíen en las bondades de la www, he localizado una aplicación GRAUITA que nos puede ayudar.

La cosa funciona de la siguiente manera:

Si tenemos un PenDrive nos olvidamos de él, si habíamos decidido comprar uno nos damos un homenaje con el importe y a continuación nos vamos a la siguiente página Web: http://www.getdropbox.com/

Primero descarga la última versión del programa pinchando :DOWNLOAD DROPBOX

Durante la instalación nos preguntara si ya disponemos de cuenta, elegiremos que no y nos haremos con una rellenando el formulario correspondiente.Por defecto, en Windows, Dropbox creara la carpeta My Dropbox dentro de Mis Documentos (nosotros podremos cambiarla adonde nos interese).

Al finalizar la instalación, veremos que un icono de Dropbox aparece en nuestra área de notificación.Desde ahí, podremos acceder rápidamente a nuestra carpeta My Ddropbox (botón derecho del ratón y clic en Open My DropBox).

La versión es gratuita para almacenar archivos hasta 2Gg.

Una vez en marcha se trata de “trastear” con la aplicación hasta adaptarla a nuestras necesidades. Si a alguien le interesa saber mas, puede escribir un comentario y le responderé.