EL PAIS Jueves 11 de marzo de 2010
Mientras, más de 500 personas se concentraron anoche frente a la Diputación de Valencia, en la plaza de Manises de la capital, para protestar contra el PP por la censura en un acto que consistió en el encendido de 91 velas, una por cada una de las imágenes incluidas en toda la exposición Fragments d’un any. Y al igual que el martes en la concentración frente al museo, anoche volvió a hacer acto de presencia Romà de la Calle, ahora ex director del Muvim, que recibió varias ovaciones intercaladas con gritos de «Rus, dimisión», en referencia a Alfonso Rus, el presidente de la institución provincial, titular del museo.
«La sociedad civil está dormida, hace falta despertarla», clamó el ex director, «¿separar la cultura de la política? Pero de qué hablamos». Y aconsejó: «La sociedad civil tiene que despertar y si no despertamos nos merecemos todo lo que tenemos», prosiguió, «y no pasa nada, yo volveré a mi puesto [de catedrático de Estética de la Universitat de València] y otros quedarán».
Por último, anunció que hoy estará en la reinauguración deFragments d’un any, a mediodía en la sala Tomás March (calle de Aparisi y Guijarro, 7): «Será la primera vez que inaugure dos veces una exposición; pero si va a más lugares, iré a más lugares a inaugurar la exposición».
En el ámbito de la cultura, a la protesta de los directores de museos se han unido muchas otras. Ayer, la Associació d’Editors del País Valencià mostró su «absoluta repulsa a la censura» y se solidarizó con De la Calle. La Junta de Gobierno de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, también expresó «su más profundo desagrado por la actuación emanada de las esferas políticas cuestionando los contenidos de una exposición ya inaugurada». La Academia «respalda unánimemente» las actuaciones de De la Calle y «deplora» que su rechazo de la censura impuesta por la Diputación haya provocado su dimisión. Además, la Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana (ADCV) también lamentó que «cuestiones externas» a la gestión de De la Calle, «inaceptables en cualquier caso al estar relacionadas con la censura» hayan acabado con su figura al frente del museo.
Desde la Diputación, la junta de personal y el comité de empresa de la institución, advirtieron de que no tolerarán «ningún tipo de represalia directa o indirecta» hacia los trabajadores del Muvim. Su comunicado achaca directamente al equipo de gobierno de Rus la censura de la exposición y denuncia que supone «un ataque a la libertad de expresión y a la democracia».
Frente al aluvión de críticas, la consejera de Justicia y Administraciones Públicas y portavoz del Gobierno valenciano, Paula Sánchez de León, aseguró que el asunto está «zanjado» y que el Consell «no tiee nada que decir».
LEVANTE 11/3/2010
JULIA RUIZ VALENCIA . El Consell y el PP de la Comunitat se esforzaron ayer en tratar de enterrar el escándalo de la censura de las fotografías políticas, en su mayoría del caso Gürtel, del Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVim) para evitar que la bola de nieve acabe arrollando también al presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, quien el domingo clausura en Valencia la convención nacional del empleo.
El caso, que ha traspasado las fronteras de la Comunitat, preocupa y mucho a Génova, donde se teme que el acto previsto para el lucimiento de Rajoy quede enturbiado ante el el malestar que ha generado en numerosos ámbitos de la sociedad valenciana el veto de la Diputación de Valencia y la dimisión de Román de la Calle.
La estrategia seguida por los populares valencianos para frenar el escándalo no parece que siga el camino que el pasado miércoles mostró la propia dirección nacional. La defensa que el vicesecretario de Comunicación del PP , Esteban González Pons, hizo el pasado miércoles del ya ex director del MuVIM y la petición de la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría de que se dé una explicación transparente de lo ocurrido cayó en saco roto: La portavoz del Consell, Paula Sánchez de León y el secretario general del PP-PPCV, Antonio Clemente,coincidieron ayer en señalar que dan por dadas todas las explicaciones y que el asunto está finiquitado.
«Es un tema zanjado y sobre el que el Consell no tiene nada que decir», señaló Sánchez de León. La consellera mantuvo que «ya se han dado las respuestas que había que dar por parte de las instituciones oportunas» e indicó que la Generalitat «no tiene nada que decir respecto a las actuaciones de otras instituciones, ya que ellos ya han tomado sus decisiones y han dado sus respuestas».
Clemente, por su parte, mantuvo que «personalmente» no tenía constancia de que Génova hubiera pedido ningún tipo de explicación. «En su momento se dieron las explicaciones adecuadas por las personas que las tenían que dar», reiteró. Y añadió que lo «realmente preocupa» a los valencianos era el paro»
Pese al intento del PPCV y del Consell de frenar el escándalo y la explicación oficial de que es un asunto que compete sólo a la Diputación, en privado la idea extendida en el PP es que la decisión de retirar las fotografías ha sido una «torpeza» sin paliativos de la institución que preside Alfonso Rus. Tanto en el Consell como en el partido se es consciente de que el escándalo perjudica sobre todo a Camps, ya que la sombra del caso Gürtel vuelve estar de nuevo de actualidad. Informativos nacionales y programas de humor se han hecho eco de la polémica.
Algunos cargos del PP también cuestionan a Camps al entender que debía haber tomado medidas para evitar que el escándalo fuera a más, máxime ante la inminente visita de Rajoy a la Comunitat tras prácticamente un año sin pisar la Comunitat. El PP regional ultimaba ayer los detalles de la convención con una visita al pabellón de eventos de la Feria de Valencia donde, finalmente, no habrá foto de la reconciliación entre Dolores de Cospedal y Francisco Camps. Clemente confirmó la ausencia de la número dos del PP y la justifico por lo apretada de su agenda.