Tanto querer mostrar, tanto querer satisfacer la curiosidad visual que Google tropieza con lo más sagrado de la cultura europea desde el siglo XVIII, el derecho a la intimidad.
Descubro en el blog mezcladetodo que Google Street ha borrado esta imagen en su recorrido por una calle de Madrid, aunque en un principio difuminó la cara y la matrícula, para evitar el escándalo de que atentan a nuestra privacidad decidió no mostrarla públicamente.
Lo que indica esta actividad de la empresa americana es considerar a todos los elementos del paisaje urbano como frios datos o iconos sin ningún tipo de consideración salvo si roza los límites de la seguridad o moralidad. Es decir considerar el paisaje como un ente abstracto pero susceptible de ser estudiado por sus rastreadores que muestran sólo una parte.
Yo me pregunto ¿dónde están las imágenes robadas a miles de ciudadanos de todo el mundo que no han publicado por el motivo que sea? ¿las destruyen o se las guardan por si acaso?