La actuación de la Presidenta Cospedal enfrentada a la Teoría Ética del Filosofo Lévinas


 

 

El concepto Levinossiano de la Justicia surge a partir de su pensamiento desde la ética de subjetividad de un “Vinculo Ético” en que la justicia y la esencia concurren conjuntamente el yo y el otro; cuando este último entra en escena el limite de la responsabilidad entra en relación entre Ética y Política. Se entiende que los otros, los “terceros” son la multitud que encierra el problema de los que deduce el código ético.  Las caras de los terceros reclaman entrar en un orden de relación comparativa de una ética incomparable, los terceros, los otros: reclaman, construyen y exigen de forma obsesiva la justicia.

 La obra judeocristiana del gran filosofo Emmanuel Lévinas, Razón y Estado, da solución a la ética, mediante la normalización política en la población,  un fin entre ética y política mediante el Humanismo, en una preocupación de la justicia  con los valores éticos lógicos.

 El descubrimiento del otro, de su cara, revela su significado de respeto al otro sin reducirlo. Lévinas pedía mirar al otro, atenderlo quererlo y entre esos “otros” se incluye a los más desafortunados y desamparados: al extranjero, a las viudas y lo niños. No es posible la ética sin tener en cuenta al otro.

La Presidenta Cospedal electa del Gobierno Autónomo  de  Castilla la Mancha, se ha enfrentado ideológicamente a la Ética de Lévinas con una decisión que afecta a un grupo de los más desamparados: “ las viudas castellano-manchegas” sin recursos.  A las que: les ha retirado el pago de unas ayudas que se hacían de manera fraccionada, en períodos de seis meses.  Las ayudas retiradas son entre 33 a los 82 Euros mensuales. O lo que es lo mismo entre un euro a 2,70 al día., justo para comprar una pequeña barra de pan, un tetrabrik de leche marca blanca y una pieza de fruta.  Las receptoras son las viudas de pastores, de labradores sin tierras,  abuelas que dependen de los demás  pues su edad no les permite hacer nada que requiera esfuerzo.

Si se hace necesario cortar presupuestos hágase, más respetando los más débiles, quizás si la señora Cospedal visitase en sus domicilios a estas mujeres cambiaria de inmediato de opinión: Se hace necearía la luz para ver la luz. Son ancianas pobres entre las más pobres por lo que retirar esta partida seria falta de humanidad. La ética es lo primero, luego la política y la justicia, los que no ven la cara  de los otros tienen el peligro de entrar en un defecto de totalitarismo o tiranía que todos los políticos pagan.  El merito que se gana ante el partido, con esta forma de hacer es efímero, lo valido y duradero: es hacer el bien a los ciudadanos.

 La justeza de los presupuestos en tiempos de crisis económicas, obliga a reducir, donde hay mucho de donde cortar,  incomprensible  que se castigue a los más necesitados,  partiendo además de la noticia que la primera medida de la Señora Cospedal ha sido  aumentar a algunos de los componentes de la Junta de Castilla la Mancha sus ingresos entre 4.000 a 6.000 euros anuales. ¡¡Sorprendente forma de Gobierno!!…. Que exige una rectificación.

Florián Yubero.

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EL COPAGO SANITARIO, ES PEDIR: PAGAR AQUELLO QUE YA HEMOS PAGADO

Cunado las administraciones tienen déficits, deben restringir sus desordenados gastos y mirando las partidas donde pueden restringir  no miran sus exagerados ingresos ni sus extrañas inversiones en  discutidos eventos como pagos millonarios por unas carreras de automóviles o competición de barcos de vela que unos pocos ven. 

Hay partidas abultadas que animan a los gobernantes a recortar. Son los servicios sociales lo que se consideran exagerados y que pertenecen  a un grupo sacrificado, donde los menos favorecidos son los más perjudicados.  Tal es la reducción de personal sanitario a todos los niveles que está ocurriendo en algunas  autonomías, o el cierre de quirófanos por las tardes,  ó las ordenes a lo médicos para reducir el gasto farmacéutico.

Ahora en época de crisis varias autonomías tienen ya el proyecto de copago sanitario  donde el paciente debe participar en los costes,  lo que significa que una visita o consulta médica tendrá un precio para el usuario.  Sobre la cual están de acuerdo algunos médicos por ser una posible solución ante las constantes visitas de los enfermos hiperfrecuentadores, con patologías banales o imaginarias.

Más en sensato discernimiento la pretendida e injusta medida, es temeraria, porque un malestar nunca es banal, es un síntoma físico o psíquico,  una alteración que avisa de una anomalía y es el doctor quien debe interpretar si tal síntoma corresponde o no,  a un padecimiento grave.   El paciente que acude a consulta, tiene el derecho de equivocarse en la gravedad de su molestia.

 También se reafirma la decisión como injusta, porque culpa a los pacientes de su situación de enfermedad, teniendo en cuenta además que los enfermos crónicos utilizan paliativos permanentes para estar en salud,  y  precisan visitas y tratamientos o analíticas constantes; todos los enfermos tienen el derecho a ser atendidos de forma gratuita de todas las dolencias y no debe existir procedimientos disuasorios de la visita a la consulta,  donde la mayor parte de las consultas son para recibir las recetas de los crónicos.

La situación generalizada de crisis, el despilfarro de algunas autonomías y la mentalización de los medios puede impulsar a que los ciudadanos acepten resignadamente y sin oposición tales desmanes contra los derechos sociales.  No debe olvidarse que los ciudadanos han aportado  directamente de sus nominas y de las empresas cantidades para mantener tal estado de bienestar y entre las condiciones esenciales son la atención sanitaria para todos y las condiciones establecidas.

Aunque se eluda de tal pago a las personas con menos ingresos, en atención como la antigua obsoleta y caritativa beneficencia.  Nadie debe quitar los adelantos en atenciones sociales cuando se despilfarra en dudosas inversiones o gastos superfluos.

Supongamos que tenemos las mala suerte de sufrir un accidente y nos llevan a urgencia, ¿debemos llevar dinero suelto para abonar el importe del copago, o nos pasaran la factura y si no es abonada será causa de embargo?.

Mas seria preciso una organización administrativa para el control de los cobros de copago sanitario, con lo cual parte de lo cobrado seria para mantener una estructura de funcionarios.  

Seria mas ético Y mas humano que la preocupación de los responsables de la sanidad caminase por reducir las listas de espera, que van a aumentar con la reducción de médicos, y seria más moral impulsar la investigación para aumentar la vida en salud de los ciudadanos. 

LA REBELIÓN DE LAS GERMANIAS EN VALENCIA Y BALEARES ENFRENTADAS AL AUTORITARISMO MONARQUICO.

Fue un conflicto armado que se produjo en el Reino de Valencia a comienzos del reinado de Carlos I, que tuvo su origen por la protestas de elevados impuestos, aunque se produjo en la  mksma época y motivo que  la rebelión de las Comunidades de Castilla (1519 y 1523) eran procesos aislados sin relación entres si.

Durante el reinado de Fernando el Católico  los artesanos del Reino de Valencia  fueron incluidos en milicias para que en caso de invasión se defendieran con lucha a los ataques de las flotas berberiscas. La germanía (de germà, hermano en valenciano) era el sistema de reclutamiento que intentaron instalar para defenderse de las incursiones piratas. Al estar armados esta protesta, se hizo más cruenta de las Germanías. El rey Carlos I estaba por aquel entonces  en Aquisgrán concentrado en su coronación como emperador, y las únicas medidas que tomó ante la revuelta fue la prohibición del uso de armas, prohibición que nadie tuvo en cuenta.

Eran periodos dificiles en la sociedad valenciana  donde predominaba la clase social  burguesa, este revuelta social lo fue contra la nobleza, la cual había huido de la ciudad ante una epidemia de peste en 1519. Su inicio fue progresivo y jalonado de actos legales y de protesta, tras la huida de la nobleza, las clases medias y gremiales de la ciudad se hicieron progresivamente cargo los representantes de los gremios para regir la capital valenciana.

La Junta  intentaba instaurar un sistema en el que estuviera prohibido el trabajo sin el   control de los gremios. El líder moderado al principio fue Joan Llorenç), pero éste murió en 1520, con lo que entraron en juego los grupos más radicales, liderados por Vicente Peris un fabricante de terciopelos. En consecuencia, el movimiento sufrió una radicalización progresiva, convirtiéndose en una guerra abierta y con episodios como el asalto e incendio de la morería deValencia, a la que se acusaba de colaborar con los nobles. La rebelión se extendió a la huerta, con saqueo de tierras y haciendas de los nobles. Se expulsó al virrey de Valencia, Diego Hurtado de Mendoza, que huyó a  Denia, formando las tropas realistas dos focos de resistencia: uno, al Norte, capitaneado por Alonso de Aragón, duque de Segorbe; otro, a la Gobernación de Orihuela al Sur, dirigido por el propio virrey.

Los agermanados, dirigidos por Jaime Ros, fueron vencidos el 18 de julio de 1521 por el Duque de Segorbe en Almenara, pocos días después, el 23 de julio, Vicente Peris derrotó en Gandía al virrey, en la  Batalla del Vernisa.

Posteriormente, el movimiento perdió unidad, produciéndose discrepancias entre sus líderes, y las siguientes campañas militares concluyeron en derrotas de los agermanados. Una noche de febrero de  1522, en una desesperada aventura, Vicente Peris se introduce en Valencia, instalándose en su propia casa y congregando a sus partidarios, lo que desembocó en un duro combate durante toda esa noche por las calles de Valencia, hasta que los soldados consiguió incendiar su casa Vicente Peris se entregó al capitán Diego Ladrón de Guevara. El 3 de marzo de 1522 entran definitivamente las tropas reales en Valencia, realizándose la ejecución de Vicente Peris y sus más directos colaboradores. Únicamente Játiva y Alcira quedan bajo dominio agermanado, produciéndose un rebrote de la rebelión, esta vez acaudillada por un misterioso personaje conocido por «El Encubierto», desconocido al que se atribuyo ser el infante Juan, hijo de los Reyes Católicos.

«El encubierto» fue asesinado el 1522,  por dos seguidores suyos que le traicionaron para cobrar la recompensa ofrecida por el virrey, con lo que se produce la derrota definitiva de los «agermanats», nombrándose virrey de Valencia a  la viuda Germana de Foix, segunda esposa de  Fernanado El Catolico la cual volvio a casarse con el duque de Calabria, y organizó una una brillante corte en Valencia. Al tiempo que firmaba sentencias de muerte, se mencionan 800 en varios años, según otras fuentes, las represalias consistieron en confiscaciones y multas, sobre todo a las organizaciones gremiales, produciéndose escasos casos de pena de muerte.

El 23 de diciembre de 1524, la regente de Valencia concedió un indulto a los «perayres» en un documento oficial que es considerado uno de los primeros redactados en castellano en el Reino de Valencia, lo que ha llevado a que algunos vean en la derrota de los «agermanats» una causa de la imposición de dicha lengua, al considerarlo como una represalia más contra los perdedores. La pacificación efectiva del territorio parece ser que no se produjo hasta 1528, fecha en que el rey otorgó un perdón general.

El movimiento de las germanías tuvo repercusión en Mallorca, estallando en 1521 como consecuencia del encarcelamiento de siete menestrales.  Se constituyó una junta formada por trece personas (la Tretzena). Ésta se hace con el control de la capital y destituye al gobernador general, Miguel de Gurrea que huye. Los nobles se refugian en Alcudia, única población que permanece fiel al Rey durante el año y medio que los agermanados dominan la isla. En agosto de 1522, el emperador envía 800 hombres para ayudar a Gurrea, quien se desplaza a Alcudia. En el marzo de 1523 los agermanados se rinden en Palma de Mallorca con la mediación del obispo. Pese a esta mediación, más de 200 agermanados fueron ejecutados, la mayoria huyeron a Cataluña.  

LA DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZABAL


Fue realizada en los reinados de Carlos III y Carlos IV entre 1766 y 1808. Fue iniciada cuando Carlos IV obtuvo permiso de la Santa Sede para expropiar los bienes de los jesuitas y de obras pías que en conjunta venían a ser una sexta parte de los bienes eclesiásticos, se desamortizaron bienes de la Compañía de Jesús, de hospitales, hospicios, Casas de Misericordia y de Colegios Mayores universitarios e incluía también bienes no explotados de particulares.

El valido Godoy decretó la desamortización que inició el ministro Mendizábal, un proceso histórico, económico y social iniciado en España a finales del siglo XVIII y cerrado ya muy entrado en diciembre de 1924. La enorme deuda  originada por una politica siempre belicista del gobierno y un desproporcionado  y enorme crecimiento de la deuda pública obligaron a iniciar la desamortización. Mendizábal, tras la correspondiente nacionalización y posterior venta en subasta, pasan a formar propiedades nuevas, con plena libertad de uso y disposición. Eran tierras «manos muertas» sin explotación de la Iglesia, órdenes religiosas y nobiliarios, que habían acumulado como beneficiarias de donaciones, testamentos y abintestatos. Tuvo unas consecuencias muy importantes para la historia social de España, aunque sus resultados fueron escasos (ya no gestionados por Mendizábal, que cesó como ministro en mayo de 1836, sino por sus sucesores)

La guerra obligaba al Estado a obtener recursos y se difundió en el país un clima anticlerical. Ello facilito a los gobiernos liberales la desamortización, de cuya acción resulto que de 2000 conventos existentes solo quedaron 300. Mendizábal declaraba en venta todos los bienes pertenecientes al clero regular, y se destinaban los fondos obtenidos a la amortización de la deuda pública.

Bajo la regencia de Espartero, se impuso la desamortización a los bienes del clero secular, igualmente desamortizados. Fue finalmente con la vuelta de los moderados, se había amortizado el 62% de las propiedades de la iglesia. Esta ley durará escasamente tres años y al hundirse el partido progresista la ley fue derogada. En 1844 se suspendieron las subastas, aunque el gobierno del general Narváez garantizó las ventas ya realizadas.

Las fincas fueron tasadas por peritos de Hacienda y subastadas después, alcanzando una puja media del 220% sobre el precio de salida. En la práctica los propietarios y los inversores burgueses acapararon las compras, puesto que eran los únicos que tenían liquidez, sabían pujar y podían controlar fácilmente las subastas. Comprar era un excelente negocio: sólo se abonaba el 20% al contado. Como la división de los lotes se encomendó a comisiones municipales, estas se aprovecharon de su poder para hacer manipulaciones y configurar grandes lotes inasequibles a los pequeños propietarios, pero pagables en cambio por las oligarquías muy adineradas, que podían comprar tanto grandes lotes como pequeños.

La desamortización no soluciono el grave problema de la deuda del Estado, pero si contribuyó a atenuarlo. Los terrenos desamortizados fueron únicamente eclesiásticos que habían caído en desuso. A pesar de que expropiaron gran parte de las propiedades de la Iglesia, ésta no recibió ninguna compensación a cambio. Por esto la Iglesia tomó la decisión de excomulgar tanto a los expropiadores como a los compradores de las tierras, lo que hizo que muchos no se decidieran a comprar directamente las tierras y lo hicieron a través de intermediarios o testaferros.

Las consecuencias de la desamortización fue el desmantelamiento casi completo de la propiedad de la Iglesia y de sus fuentes de riqueza, toda vez que el diezmo que abonaban forzosamente los ciudadanos fue igualmente suprimido en 1837. La desamortización no produjo un aumento de la producción agraria, contra lo que pretendían sus promotores. Los nuevos propietarios, en general, no emprendieron mejoras, sino que se limitaron a seguir cobrando las rentas y las incrementaron, al sustituir el pago de los derechos señoriales y diezmos por nuevos contratos de arrendamiento. Muchos de los nuevos propietarios vivían en las ciudades, completamente ajenos a las actividades agrícolas, la desamortización provocó un reforzamiento de la estructura de la propiedad de las tierras y se acentuó el latifundismo.    

En las ciudades la mayoría de los inmuebles estaba en el centro urbano, la desamortización contribuyó a un urbanismo discriminador. La alta burguesía acaparó los mejores edificios del centro, excluyendo a las clases medias, confinadas en las viejas viviendas, y dejando para los obreros los arrabales de la periferia. Desde el punto de vista del Medio Natural, la Desamortización supuso el paso a manos privadas de millones de hectáreas de montes, que acabaron siendo talados y roturados, causando un inmenso daño al patrimonio natural español que aún hoy es perceptible. 

La segunda gran desamortización iniciada con la Ley Madoz de 1855, formó parte del programa del gobierno progresista del bienio. Establecía la venta en subasta pública de toda clase de propiedades rústicas y urbanas pertenecientes al Estado, a la Iglesia, los propios y baldíos de los Municipios y, en general, todos los bienes que permanecieran amortizados. Se trataba, por tanto, de completar y terminar el proceso de desamortización iniciado por Mendizábal en 1836, las consecuencia de esta Ley de Madoz fueron la eliminación de la propiedad comunal y de lo que quedaba de la eclesiástica, lo que provoco un agravamiento considerable de la situación económica del campesinado, y una ruptura de las relaciones con la Iglesia, ante la flagrante violación del concordato. La desamortización de Madoz estuvo en vigor hasta 1895, año en que fue derogada, aunque desde 1856 apenas hubo subastas, ya que poco quedaba por vender. Sí continuó habiendo importantes partidas de ingresos de la Hacienda durante esos 40 años, al irse abonando los pagos aplazados.

Se declaraban en venta todas las propiedades del Estado, del clero, de las Órdenes Militares, cofradías, obras pías, santuarios y los comunes de los pueblos, de la beneficencia y de la instrucción pública, con las excepciones de las Escuelas Pias y los hospitalarios de San Juan de Dios, dedicados a la enseñanza y atención médica respectivamente puesto que reducían el gasto del Estado en estos ámbitos. Igualmente se permitía la desamortización de los censos pertenecientes a las mismas organizaciones. Fue la que alcanzó un mayor volumen de ventas y tuvo una importancia superior a todas las anteriores, sin embargo la historia se ha ocupado tradicionalmente mucho más de la de Mendizábal. Su importancia reside en su duración, el gran volumen de bienes movilizados y las grandes repercusiones que tuvo en la sociedad española. 

En 1867 se habían vendido en total 198.523 fincas rústicas y 27.442 urbanas. El estado ingresó 7.856.000.000 reales entre 1855 y 1895, casi el doble de lo obtenido con la desamortización de Mendizábal. Este dinero se dedicó fundamentalmente a cubrir el déficit del presupuesto del Estado, amortización de Deuda pública y obras publicas, reservándose 30 millones de reales anuales para la reedificación y reparación de las iglesias de España. En conjunto, se calcula que de todo lo desamortizado, el 30% pertenecía a la iglesia, el 20% a beneficencia y un 50 % a las propiedades municipales, fundamentalmente de los pueblos. El Estatuto Municipal de José Calvo Sotelo de 1924 derogó definitivamente las leyes sobre desamortización de los bienes de los pueblos.

El proceso desamortizador contribuyó claramente al cambio hacia una sociedad burguesa. Significó el traspaso de una enorme masa de tierras a nuevos propietarios y la fusión de la antigua aristocracia feudal con la burguesía urbana para crear la nueva elite terrateniente. Muchos cuadros y libros de monasterios fueron vendidos a precios bajos gran parte de los libros fueron a engrosar los fondos de las bibliotecas públicas o universidades. Quedaron abandonados numerosos edificios de interés artístico (iglesias, monasterios) con la consecuente ruina por el paso del tiempo sin mantenimiento, otros se transformaron en edificios públicos y fueron conservados para museos y otras instituciones.

En el aspecto urbanístico, la desamortización de los conventos contribuyó a la modernización de las ciudades. Se pasó de la ciudad conventual, con grandes edificios religiosos, a la ciudad burguesa, con construcciones de más altura, ensanches y nuevos espacios públicos. Los antiguos conventos se transformaron en edificios públicos (museos, hospitales, oficinas, cuarteles), otros se derribaron para ensanches y nuevas calles y plazas, algunos se convirtieron en parroquias o tras subasta pasaron a manos privadas.

LA FILOSOFIA DE UNA SOCIEDAD PRIMITIVA.

El antropólogo Evans Pritchard estudió los pueblos primitivos para hacer inteligibles, para el y sus lectores las practicas y creencias de las culturas que mantienen creencias que son paradigmas de lo irracional.

Desde la óptica occidental,  son difíciles de comprender las practicas de   pueblos primitivos,  en África los azande sostienen creencias a los que nosotros nos enfrentamos. La ciencia conoce por los medios de investigación de modo concluyente que no existe relación de causa efecto entre las practicas y sus efectos de influencias de brujería, de las medicinas mágicas, el papel de los oráculos en cuando revelan que tanto lo que acontece como lo que va a suceder, esas creencias son erróneas e ilusorias. Nuestro enfoque científico es para nosotros una cuestión de cultura, en la misma medida que para el nativo el enfoque mágico es una función de la suya.

Ellos creen que algunos de sus miembros son brujos que ejercen una influencia oculta y maligna sobre la las vidas de sus semejantes. Practican ritos para contrarrestar la brujería, consultan oráculos, y usan medicinas mágicas para protegerse a si mismos de todo daño. El hecho que nosotros atribuyamos a la lluvia a causas meteorológicas , mientras que los nativos piensen en los dioses, espíritus o la magia no constituye una prueba de que nuestros cerebros funcionen de modo diferente a los suyos. No muestran que nosotros pensemos más lógicamente, no es señal de superior inteligencia que yo atribuya a lluvia a causas físicas, estoy aceptando lo que mi sociedad acepta, esto es que la lluvia es por causas naturales. De igual modo un salvaje que cree que bajo condiciones naturales y rituales favorables, la lluvia se vera favorecida como menos inteligente. El no construyo tal creencia a través de sus observaciones e inferencia, sino que acepto su legado cultural simplemente por haber nacido en el.

Los nativos no son mas o menos inmunes a la insensatez que los hombres civilizados y sin duda están igualmente sujetos al error de pensar que ellos o personas que ellos consideran superiores pueden llegar a hacer lo que de hecho no puede hacerse.  Pero este error no constituye la esencia de la magia…, es una perversión de la magia.

Cuando los occidentales hablamos de tales practicas como supersticiosas, ilusorias, e irracionales, tenemos el peso de la cultura tras nosotros, y esto no es solo de creer que estamos en la parte mas justa, pues esas practicas y creencias pertenecen y derivan en el sentido que parecen tener en esa misma cultura.

La brujería es un poder supuestamente poseído por ciertos individuos para dañar a otro, por medios místicos, Su base es una condición orgánica heredada y ello no incluye ningún ritual o medicina mágica especial. La brujería explica por que los eventos son dañinos para el hombre y no como ocurren, No ven a un brujo derribando un  granero, sino a las termitas como roen los soportes. Su percepción de cómo ocurren lo fenómenos es tan clara como la nuestra.

Los europeos observamos las ceremonias de magia tal como los azande las observan, pero sus observaciones están siempre subordinadas e incorporadas  a sus creencias a la para que pueden explicarlas y justificarlas. El europeo se halla inmerso en nociones científicas y cuando describe las ceremonias lo hace utilizando un modo de hablar científico.

Los azande creen que la realización  de ciertos ritos en debida forma, afecta a su bienestar general; estas creencias no pueden refutarse ya que ellos piensan que si los ritos no son efectivos se debe a que alguien presente en los mismos ha tenido malos pensamientos. Dado que esto es siempre posible no hay un solo año en que no sea posible admitir que los ritos de llevaron debidamente.  

Todas las naciones tanto bárbaras como civilizadas fundadas separadas, y remotas separadas en el espacio y en el tiempo, mantienen tres costumbres: Todos tienen alguna religión, contraen matrimonios solemnes y honran a sus muertos. En todas las naciones por poco civilizada que sea, no hay acción humana que se realice con mayor ceremonia y solemnidad sagrada, como los ritos de religión matrimonio y sepultura, todas nacidas bajo el mismo axioma: “ ideas uniformes, nacidas entre pueblos desconocidos ente si, deben tener un fondo común de verdad” deben haberles dictado que la humanidad comenzó para todos ellos a partir de esas instituciones y por ello deben ser salvaguardadas. Giambattista Vico, Scientia Nova.

FUENTE: Brujería, magia y oráculos entre los azande, (ivosAnagrama 1976) Evans –Pritchard.