SE INAGURA EN JUNIO DE 2010.
Tras una pendiente fuerte que parte al lado de la estación, llego a una replaza donde se aprecia que al final de una empinada cuesta está la boca de la mina restaurada, más unas puertas de redes metálicas cerradas con un candado y una señal de prohibido el paso me lo impide. Aparco y para aprovechar el viaje doy un paseo por las laderas de las montañas, desde allí se aprecian los restos de varias instalaciones mineras, y las escombreras, que son rocas extraídas del interior de las minas con distintos colores, propios de los diferentes contenidos minerales de la montaña
En toda la sierra minera abundan yacimientos arqueológicos que atestiguan la explotación de las minas desde tiempos inmemoriales. Por el puerto de Portmán, de las minas romanas del Campo de Cartagena se exportaban lingotes de cinc, hierro, plata, plomo, y otros minerales como azufre, a todo el gran Imperio Romano. Hace más de 2000 años, cartagineses y romanos explotaron las fabulosas minas de plata de La Unión, en las que llegaron a trabajar más de 40.000 hombres. Diecinueve siglos después, la minería recobró su esplendor con los nuevos yacimientos de hierro, plomo y cinc, surgiendo entonces la leyenda de una ciudad alucinante minera.
Se trata de una de las minas que pueden visitarse más grandes de Europa, con más de 2.300 metros cuadrados abiertos al público a 80 metros de profundidad. Gigantescas galerías, extraordinarias bóvedas, enormes pilares y hasta un lago subterráneo de aguas rojizas conforman un espacio único y diferente, un lugar abierto a los sentidos. Además, gracias a una espectacular musealización (efectos especiales, audiovisuales, maniquíes articulados), el visitante deberá prepararse para viajar en el tiempo y trasladarse a otra época en la que verá como vivían y trabajaban los antiguos mineros.
El Alcalde de La Unión, quien en ese momento se encontraba junto al Concejal de Cultura, viendo las obras, se acercó para decir estaba cerrado, estaba eufórico por la inminente inauguración y satisfecho por recuperación del patrimonio minero para disfrute de todos los ciudadanos y poder ofrecer una idea de cómo era el trabajo minero en La Unión en la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX, cuando el municipio era conocido como la Nueva California. La localidad recibió a miles trabajadores de Andalucía oriental que trajeron el amor por el cante flamenco. Sus cánticos desgarrados, consecuencia de la desesperación del duro trabajo en la mina, son el origen de lo que hoy es uno de los festivales flamencos más importantes del mundo, el del Cante de las Minas. El espacio hará sentir admiración por la belleza del interior de la tierra con los reflejos de minerales, y por una obra de ingeniería única,
También sentirá la conmoción de los terribles dramas humanos que sucedieron en la época de explotación: hambre, necesidades, accidentes mineros, gentes aplastadas bajo las montañas derrumbadas, explosiones de grisú, enfermedades como silicosis y tuberculosis, agotamientos físicos por las terribles condiciones de trabajo, explotación a niños. Miseria.
Para orientar de estas privaciones, recojo de un folleto editado por la revista Tiempo, titulado de la A a la Z, no tiene fecha aunque el aspecto es de material antiguo, el ex minero que me presto el material dice es una edición del 1.998. En ella se cita:
Como el hambre planeaba sobre la sierra, los mineros se hacían pescadores para poder comer, hasta que los vertidos ilegales o consentidos sobre la costa, en la bahía de Portmán destruyeron todo tipo de vida animal por envenenar las aguas.
El jinete del hambre golpeó con los cascos de su caballo, la sierra minera. Fueron años de frío, no había ropa, no había comida ni dinero para comprarla. Todas las mañanas había que levantarse temprano, con las estrellas y salir andando a eso de las cuatro de la mañana a pasar los cabezos nevados. Antes de salir, la madre sofreía unas paratas con sebo de los carruajes, y un sofritillo de pan con cebada. Antes de llegar ya nos lo habíamos comido. HABIA QUE IR A QUITARLES LA COMIDA A LOS BURROS DE LAS NORIAS.
Se trabajaba a mano con pico y barrena, el polvo solo dejaba ver la fila de dientes; teníamos muchos accidentes en la mina entonces. Habíamos dos zagales que de doce años y uno de 65 a punto de jubilarse, era de Almería. Una vez de las que entré estaba bajo un canto, hecho una torta. Solo se le veían las piernas.
Se trabajaba mucho en la mina entonces, alguien trabajaba dos turnos seguidos 16 ó 18 horas a “hichapellejos” y quien luego se iba a trabajar de albañil cuando dejaba la mina.
Un joven subía la cuesta, haciendo footing, y nos dijo no está abierta, pero cuando lo este y quieran entrar, en el último nivel de la mina se conserva un pasadizo de más de 30 metros abierto por niños. Muchos visitantes no podrán soportar verlo. .
En el año 1939 comenzó la Segunda guerra mundial, los minerales aumentaron de forma enorme su cotización, De la Unión salieron barcos alemanes cargados de minerales, a llevarse todo, fueron años donde los propietarios de minas tuvieron beneficios increíbles, hasta 1945. Cuando la guerra la perdió el Eje, cesaron las compras de minerales y el consumo nacional estaba tan bajo que solamente sobrevivió la explotación del carbón. Despidiendo a los mineros sin misericordia.