ALIMENTACIÓN HUMANA,LOS CHAPULINES Y OTROS INSECTOS COMESTIBLES.


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LOS CHAPULINES Y OTROS INSECTOS COMESTIBLES.

Mi hijo en un viaje a Finlandia, nos obsequio con varios patés, uno de ellos era de oso, para los españoles el oso es un animal en protección y si alguien se atreve a cazar uno de estos animales será como prohibido trofeo de caza, donde solo la piel se conservara, más nadie lo comerá en estos tiempos, esto me ha hecho reflexionar e investigar en la alimentación humana en relación con su entorno.

El ser humano tuvo como alimentación en el origen de la vida las semillas y frutos, sus dientes estaban adaptados para esta alimentación, el aumento de las familias, le obligo a persa cazar y pescar todo tipo de animales. Sometido a circunstancias resolvía sus necesidades aprovechando las oportunidades que la Naturaleza le ofrecía, posteriormente se hizo pastor y agricultor, que fueron las dos grandes etapas hacia el progreso. Las diferencias del medio influyo en la manera que el ser humano disponía para conquistar sus alimentos.  En  épocas de escasez, el hombre, comía hierbas y gusanos, bayas y setas, se cita que en Europa no siempre hubo abundancia de comidas, en Austria en la parte nord-occidental, existía una tribu  que quemaba una parte de en una área desértica, donde los habitantes quemaban la maleza, para luego buscar los animales asados por el fuego, y así en rotación recorrían su territorio, usando el mismo procedimiento para alimentarse.


Según la historia, los grillos, chapulines y langostas, se conocen en diversas culturas. Se sabe que Moisés incluía a los saltamontes entre los animales cuya carne podían comer los hebreos, no así la de cerdo. Es conocido el hecho de que San Juan el Bautista, en el desierto se alimentaba de langostas que aderezaba con miel silvestre. Igualmente hizo San Juan el Evangelista en la isla de Patmos, que comía estos insectos; los árabes y persas, en Asia antigua; los etíopes, libios, mauritanos y los antiguos hotentotes o habitantes del Cabo de Buna Esperanza, en África; y las diversas etnias australianas, insectívoras por necesidad.


Los insectos comestibles son una fuente importante de proteínas, en África Central que se están promocionando para combatir hambrunas, son nutritivos, lucrativos, y un buen control biológico contra las plagas, En países como Zambia hay toda una reglamentación para la recolección de insectos, son importantes fuentes de proteínas y deberían tomarse en cuenta como recurso para incrementar la seguridad alimentaría en los países del África central, declaró la  FAO ya en el 2004.  En muchos países de esta región las orugas son un alimento importante. Cerca del 85 por ciento de los participantes en un estudio realizado en la República Centroafricana consumen orugas, el 70 por ciento en la República Democrática del Congo y el 91 por ciento en Botswana. «Los insectos comestibles de los bosques son una importante fuente de proteínas y, a diferencia de los procedentes de las tierras agrícolas, no están contaminados de plaguicidas», señala Paul Vantomme, experto forestal de la FAO.


Los insectos además tienen una mayor proporción de proteínas y grasas que la carne de bovino y el pescado, y un elevado nivel de energía. Según la especie de que se trate, las orugas contienen abundantes minerales, por ejemplo: potasio, calcio, magnesio, zinc, fósforo y hierro, además de diversas vitaminas. La investigación revela que 100 gramos de insectos proporcionan más del 100 por ciento de las necesidades diarias de los respectivos minerales y vitaminas.


«Debido a su elevado valor nutricional, en algunas regiones se utiliza la harina de orugas en la alimentación infantil para combatir la malnutrición». Al contrario de lo que podría pensarse, en muchas regiones las orugas no representan un alimento que se consume en situaciones de emergencia, sino que forman parte integral de la alimentación cotidiana, de acuerdo a su disponibilidad estacional. Son consideradas un manjar». La recolección de insectos comestibles también es una buena fuente de ingresos, en especial para las mujeres, ya que requiere una escasa inversión si se recogen a mano. Es muy frecuente encontrar insectos en los mercados locales de las aldeas, mientras que algunas especies más codiciadas, como las orugas Sapelli, llegan a los mercados urbanos y a los restaurantes. «Con frecuencia no se toma en cuenta el valor nutricional y económico de los insectos comestibles, y debería promoverse su obtención y comercialización, en vista de los beneficios que representa para el medio ambiente y la salud humana», según la FAO.

México es un país con tradición en el consumo de insectos, es una práctica que se remonta a la época prehispánica. En el Códice Florentino, escrito por Fray Bernandino de Sahagún, en donde se describen 96 especies de insectos comestibles. Hoy se contabilizan quinientos insectos comestibles en el territorio Mexicano. La doctora J.  Ramos-Elorduy, del Instituto de Biología de la UNAM, inició la labor de investigar y documentar la diversidad insectil existente: “Empezamos a estudiar a los insectos en lugares de México que eran considerados de mala alimentación, bajo la premisa de que los pobladores los consumían como último recurso, pero nos sorprendimos al saber que  la gente los consume por gusto, por tradición familiar, por su abundancia y porque los califican de limpios, sabrosos y nutritivos”.

El uso de los insectos con fines medicinales es una tradición que en América viene de tiempos prehispánicos, y que también existe en otros continentes. En México, culturas como la zapoteca, la mixteca y la maya los utilizaban para aliviar enfermedades digestivas, respiratorias, nerviosas, circulatorias y óseas. El grillo prieto de Veracruz, por ejemplo, se usa para combatir la avitaminosis; las hormigas mieleras para la fiebre, y los jumiles se utilizan como anestésicos y analgésicos.

Los antiguos habitantes del Valle de México apreciaban los chapulines no sólo por su sabor, sino también por su canto y por considerarlos ejemplares destacados del mundo animal, los dorados y crujientes chapulines saben a chicharrón. En la época de la conquista los chapulines se vendían como comida en el famoso mercado de Tlatelolco; en la actualidad esta costumbre culinaria persiste y es posible encontrarlos en mercados y tiendas preparados de diversas maneras: vivos o muertos, frescos o secos o bien, en diferentes guisos listos para llevarse a casa. De México nos llegan recetas para preparar Chapulines con ajo picado, aceite de oliva, sal y pimienta. Preparación: Sumerja el ajo picado en el aceite de oliva hasta que se macere; una vez que el ajo esté blando, exprímalo sobre los chapulines y posteriormente fríalos en el aceite. Agregue sal y pimienta al gusto.  Los habitantes del Valle de México aprecian los chapulines no sólo por su sabor, sino también por su canto y por considerarlos ejemplares destacados.

En España una empresa en el famoso mercado de la Boqueria en Barcelona, empezó a importar estos majares, por el momento esta pendiente de la definitiva autorización del Gobierno Autónomo de Cataluña.

Esperamos verlos pronto en el mercado, para que podamos disfrutar de estos manjares.

Bueno es pequeño

3 comentarios en “ALIMENTACIÓN HUMANA,LOS CHAPULINES Y OTROS INSECTOS COMESTIBLES.

  1. Hola. Yo estoy buscando la manera de saber que tipo de saltamontes, aquí en España, se parece más a los chapulines de México. El año pasado me comí un saltamontes de los grandes (no sé si son exactamente langostas) a la brasa y estaba muy rico. Sabía a marisco. Pero ahora me apetece freir un par de docenas de los pequeños y no estoy seguro de qué variedad en concreto sería la más adecuada. Si alguien puede ayudarme se lo agradeceré. Un saludo.

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