TORO SENTADO, GRAN JEFE INDIO.


TORO SENTADO

TORO SENTADO

TORO SENTADO, GRAN JEFE INDIO.

Todo lo que hace el Poder del Universo lo hace en forma de círculo. El cielo es circular, y he oído decir que la tierra es redonda, y las estrellas son redondas. El viento, en su fuerza máxima, se arremolina. Los pájaros hacen sus nidos en forma de círculos, pues tienen la misma religión que nosotros. El sol sale y se pone en círculo, como la luna. Incluso las estaciones forman un círculo enorme, y vuelven siempre a donde estuvieron. La vida del hombre es un círculo de infancia a infancia. Nuestros tipis eran redondos como los nidos de los pájaros, y siempre se disponían en círculo, el aro de la nación, nido de múltiples nidos, en el que el Gran Espíritu deseaba que nosotros empollásemos a nuestros hijos.

Si el gran Espíritu hubiera deseado que yo fuera un hombre blanco me habría hecho blanco… ¿Es un agravio amar a mi pueblo? ¿Soy malvado porque mi piel es roja? ¿Porque soy un sioux? Dios me hizo un indio.» TATANKA YOTANKA -(Toro Sentado)-(Sitting Boull), nació en las cercanías del Gran River, en el actual estado de Dakota del Sur,  pertenecía a la tribu hunkpapa, que formaban parte del poderoso pueblo de los sioux teton. El indio Toro Sentado  fue acogido en la comunidad secreta de los guerreros «Corazones Fuertes», logro más de sesenta victorias personales sobre sus enemigos, su fama creció y fue nombrado jefe en 1860.
Para facilitar el paso de los buscadores de oro y colonos al Oeste con destino a Oregón, se inicio un paso a través la Gran Pradera sioux. Para Toro Sentado, la llegada de los blancos eran de tribus enemigas y vigilaba sus actividades, la invasión entre tribus vecinas de los terrenos tradicionales de caza cuando ocurría, el intruso huía por su infracción de las leyes tribales. En 1866, tropas del ejército se introdujeron en el territorio de los hunkpapas para construir el Fuerte Buford en la desembocadura del Yellowstone en el Missouri River, (Dakota del Norte). Toro Sentado entendió era una agresión contra su territorio y respondió con ataques de los “Corazones Fuertes” a los “rostros pálidos”. Nube Roja, jefe de los sioux oglala, atacó también fuertes del ejército y asaltó caravanas.

Los soldados y colonos estaban aterrorizados, por lo que el gobierno se vio obligado a tratar con los indios un acuerdo de paz en Fort Laramie. El acuerdo decía: «Ninguna persona blanca recibirá autorización para la colonización u otra dedicación de la tierra (en el Powder River) ni se le permitirá atravesar el territorio sin la autorización de los indios». Toro Sentado,  advirtió que aunque el acuerdo parecía muy generoso, en realidad a los sioux les quitaba una gran parte de su territorio. Otros jefes indios, entre ellos Nube Roja, firmaron y fueron trasladados a la reserva. Toro Sentado jamás lo firmó, siguió instalando sus campamentos en el Powder River, fuera de la reserva y aferrado a la tradicional vida de la caza del búfalo.

Pronto se demostró que el acuerdo de Fort Laramie no era capaz de contener a los blancos, los soldados intentaron disuadir a los buscadores de oro con la fuerza de las armas, pero éstos regresaban una y otra vez y se vieron incapaces de seguir conteniéndolos. El gobierno ofreció a los indios la compra del terreno y envió una delegación para tratar sobre su venta, los intermediarios lo intentaron todo para convencer a los sioux de que vendieran las Back Hills, pero ningún jefe indio se atrevió a negociar, bajo la cultura india la tierra sagrada les había sido concedida y no se podia renunciar a ella: «El Gran Espíritu nos dio esta tierra y aquí estamos en casa. No quiero que roben a mi pueblo…quiero que todos sepan que estoy en contra de cualquier venta de nuestra tierra».

El gobierno se decidió por un acto de fuerza con todas las consecuencias: En caso de que los indios no aceptaran la venta de las Black Hills, se las quitarían. El comisario para Asuntos Indios no defendió los derechos de los indios, y fueron enviadas tropas. Mientras Toro Sentado había enviado emisarios a todas las tribus de los sioux y cheyenes invitándoles a un gran consejo de guerra, miles de guerreros indios se reunieron para luchar contra los blancos.“Nosotros somos una isla india en un mar de blancos», indicó Toro Sentado. «Tenemos que mantenernos unidos, pues solos seríamos arrollados por ellos. Esos soldados quieren luchar, quieren la guerra. Bien, entonces la tendrán”.

Los indios solidarios en la lucha concentraron entre cuatro a cinco mil guerreros, Caballo Loco, fue elegido jefe de guerra. Mientras se preparaban para la lucha, los sioux organizaron su sagrada ceremonia de la danza del sol. Toro Sentado era también jefe espiritual (chamán u hombre medicina) pidió, según el ritual, la ayuda del Gran Espíritu. Tenia pintadas sus manos y pies de rojo y su espalda a franjas azules, un guerrero se arrodilló a su lado y con un cuchillo, levantó pequeñas tiras de piel de los brazos de Toro Sentado, desde el hombro hasta la muñeca. Mientras la sangre se coagulaba, Toro Sentado comenzó el lento, rítmico baile, según la antigua costumbre; se levantaba y agachaba sobre la punta de los pies, mientras dirigía la cara hacia el sol y rezaba. Bailó sin interrupción durante todo un día y una noche y siguió hasta bien entrado el día siguiente, sin comer ni beber, hasta que cayó agotado al suelo. Entonces, tuvo una visión del sueño por el que había rogado en oración: Vio caer en medio del campamento sioux, soldados del cielo como saltamontes, con las cabezas agachadas, de las que se caían sus sombreros, Lo que anunciaba una gran victoria.

Mientras él bailaba y rezaba, tres columnas del ejército se acercaban desde el sur, el este y el oeste, al campamento de los indios. La primera columna avistada por los indios era la del general George Crook. A la mañana siguiente, los guerreros sioux y cheyenes, bajo el mando de Caballo Loco, llevaron a cabo un ataque sorpresa contra Crook. La batalla de Rosebud terminó en empate. Crook fue salvado por sus rastreadores absarokes y shoshonis, que pudieron rechazar varios ataques de los sioux. Sin ellos, los blancos habrían sido neutralizados.

En la tarde del 25 de junio de 1876, el campamento de los sioux y cheyenes fue atacado por el Regimiento del 7º de Caballería, a las órdenes del teniente coronel Custer, estaba tan convencido de la victoria que atacó sin ninguna precaución,»Si yo quisiera, con el Séptimo de Caballería echaría a todos los indios del Continente a latigazos”. Envió a sus soldados a la batalla sin esperar los refuerzos que se encontraban de camino y cometió un fatal error táctico cuando dividió sus fuerzas contra un enemigo numéricamente más poderoso. Cinco escuadrones de caballería, conducidos personalmente por Cister, atacaron el extremo norte del campamento indio. Otros tres escuadrones, bajo las órdenes del mayor Marcus Reno, debían desviar la atención de los indios por medio de un ataque al flanco sur, las tropas de Custer fueron detenidas y obligadas a retroceder por miles de guerreros sioux, los cinco batallones de caballería fueron rodeados y neutralizados en una colina baja, directamente junto al río, sucediéndose la batalla que se llamaría Batalla de Little BigHorn. Toro Sentado desde lejos, planificaba la estrategia. Custer y sus tropas intentaban salvar su vida. Cuando se posó el polvo, todos estaban muertos en la colina, sin armas ni ropas, muchos de los caídos estaban sin cabellera. El  cuerpo de Custer fue encontrado sin vida, tenía heridas en la cabeza y en el pecho.

Al día siguiente, los exploradores indios informaron que se acercaban refuerzos militares. Toro Sentado y los demás jefes indios decidieron irse a las montañas, se dividieron en pequeños grupos que desaparecieron en las montañas en distintas direcciones.» Todos mis guerreros eran valientes y no conocían el miedo. Los soldados que murieron, también eran hombres valientes, pero no tuvieron ninguna posibilidad de luchar o huir. Fueron cercados demasiado férreamente por nuestros guerreros… Nosotros no abandonamos nuestra tierra para luchar contra ellos, sino que ellos vinieron para traemos la muerte y ellos mismos encontraron la muerte».

La batalla de Little Bighorn fue conocida más tarde como «la última batalla de Custer». Fue la derrota más terrible que jamás los indios infringieron al ejército americano, nadie supo la cifra exacta de bajas. La nación estaba horrorizada y el gobierno para romper la resistencia de los indios envió refuerzos al territorio indio. A Toro Sentado, el coronel Nelson Miles intentó convencerlo para que se rindiera, y se fuera pacíficamente a la reserva, Toro Sentado seguía insistiendo en que tenía que permitirse a su pueblo vivir en las Black Hills y en el territorio a lo largo del Powder River, dijo: «El Gran Espíritu quiso que yo fuera indio, no un indio de la reserva y no tengo la intención de convertirme en uno de ellos».

En el invierno, los indios no disponían de alimentos ni municiones. Algunos jefes sioux y de los cheyenes se entregaron a su gente a la reserva mientras orgullosos cantaban canciones de guerra y mostraban amenazantes sus armas. En febrero de 1877, Toro Sentado huyó con su tribu a Canadá para refugiarse durante cuatro años. El gobierno canadiense lo toleró, aunque negó ayudas. Los sioux pasaron hambre mucho tiempo, ya que los búfalos y otras especies de caza habían sido prácticamente exterminadas. Hambrientos y llenos de nostalgia se pusieron en camino hacia los Estados Unidos y se entregaron a los soldados.  Dos años estuvo Toro Sentado prisionero en Fort Randell, puesto en libertad (1883), y recibió autorización para regresar a su lugar de nacimiento; era el indio más conocido del país por haber vencido a Custer. Recibió cartas de todo el mundo, lo entrevistaban periodistas, y los indios lo visitaban en busca de consejo. Bufalo Bill, el famoso explorador en 1885 le convenció para que participara en el Show del Oeste Salvaje, anunciado como «El vencedor de Custer”.

Pasado el tiempo el gobierno exigíó a los sioux, que vendieran gran parte de su reserva con el fin de que los blancos pudieran asentarse allí. Toro Sentado estuvo en contra de entregar tierra, y propuso que se llevara una báscula y se vendiera la tierra a peso. Así obstinado impidió las negociaciones. “La tierra bajo mis pies es de nuevo mi tierra. Yo jamás la he vendido, yo nunca la he entregado a nadie”.

Toro Sentado como chamán vivía en comunicación con el Gran Espíritu, en la reserva el profeta Wovokan predicaba la vuelta de los bisontes y el tiempo en que los indios recuperarían su tierra, los indios se reunían delante de su cabaña para, rezar y soñar, a los soldados le parecía una forma de insurrección. Toro Sentado permitia que los miembros de la tribu siguieran al profeta. El 15 de diciembre de 1890, antes del amanecer, 43 policías indios rodearon la cabaña de Toro Sentado, y lo arrastraron fuera, los seguidores del jefe indio protestaron. Toro Sentado dijo: «No me iré. Haced conmigo lo que queráis! .Yo no me iré!». Los policías intentaron abrirse paso entre el gentío, un tiro alcanzó en un costado a un teniente, este disparó contra Toro Sentado. Un soldado disparó a la cabeza del jefe indio. Cuando terminó el tiroteo, habían caido seis policías y ocho seguidores del jefe indio. Ese día moría Toro Sentado…, victima del egoísmo, de la prepotencia y de la intolerancia.

Comentario:

Para los indios cada trozo de tierra se considera sagrada, porque es la  madre de todo cuanto hay en la Naturaleza, de la que  los hombres somos parte, dependían de la tierra y de lo que ella producía  por ello tenían que cuidarla, sin sobre-explotarla para que siguiera dando sus generosos dones a los humanos, un sentido conservador que hoy llamaríamos “ecologista” donde el indio ya hace previsión de un mañana, si a la madre tierra se la saquea con insaciable egoísmo todo se  convertirá en desierto estéril.

El indio solo cazaba lo justo para poder vivir, Toro Sentado y los suyos sabían que si los animales desaparecían, lo mismo le había de ocurrir también al hombre, porque toda la naturaleza está relacionada entre si tras el ordenamiento de millones de años de continua evolución. Cuando los hombres no respetan la NATURALEZA, NO SE RESPETAN A SI MISMOS, y todos desapareceremos hundidos en nuestros propios desperdicios.

La filosofía del indio, nos informa de la bella cosmovisión humana de estas poblaciones, llena de virtudes y respeto al medio, y además de ello depende la supervivencia de la raza humana.

Bueno es pequeño

22 comentarios en “TORO SENTADO, GRAN JEFE INDIO.

  1. Todo lo que se pueda difundir de las culturas nativas americanas es loable,pero me gustaria mas informacion sobre su literatura,llamese poesia y cantos tradicionales.

  2. Es una magnifica idea que la suya que algún día abordaremos.

    Gracias por su ayuda

  3. KALBITO….ARIZONA….U.S.A.
    TUPELO…..MISSISSIPPI…U.S.A.
    ARI………..INDIANA….U.S.A.
    EUSTIS……FLORIDA….U.S.A.
    OLUSTE…..FLORIDA…U.S.A.

    Granted lands of Arides Toro father and Arides Toro son innteh country of the united states of north america.

  4. Respuesta a Arides Toro. (Descendiente de Toro Sentado)
    Congratulations fot this vaste land and culture heritage.
    (Felicidades por tan gran herencia patrimonial y cultural)

  5. si tomaramos en cuenta lo que dijo toro sentado respecto a que nos undiriamos en nuestros propíos desperdicios ya lo estamos viendo y razon tenia ese gran jefe

  6. Yo tambien agradesco el legado de los indios americanos puesto que yo desciendo de de indios peruanos, nos dejaron buenos ejemplos a seguir, de lo cual nunca debemos olvidar amo mi cultura mis raices, a mi pueblo descendientes de los lamanitas, cuyos espiritus aun permanecen entre nosotros,meditemos sobre esto, si los olvidamos nos olvidammos a nosotros mismos.

  7. .»Nos llama el hombre blanco.* salvajes *,

    …¿pero quién es el salvaje?

    ….¿aquel que mata y destruye?

    ….. ¿aquel que solo ambiciona poder y riquezas?

    …… que gran tristeza causan los … «civilizados»

    …….destruyendose a si mismos.

    * » termina con su vida, y comienza con su supervivencia» *

  8. Felicito al autor por su empeño en mostrarnos lo gradiosos y sabios de nuestros antepasados fue una raza grandiosa que no debio desaparecer.Y ahora el gringo dice que es su tierra cuando solo destruyeron robando a los nativos americanos

  9. Como gran admirador respetuoso de esa gran cultura quisiera me enviaran canciones y mas informacion a mi correo. gracias

  10. Si solo fueramos aprendido una cuarta parte de lo que nos enseñaron, este mundo fuera sido maravilloso, … aún estamos a tienpo

  11. Pingback: Corte India: Indio Toro Sentado Tatanka Iyotanka Historia y Oraciones | www.PuntoTarot.com

  12. Cuándo se conocen las atrocidades realizadas por el ejército estadounidense contra el pueblo Sioux se puede entender porque el mundo entero odia a ese pais, pero todos los imperios caen y con ellos no será diferente.

  13. Que hombre extraordinario fue Toro Sentado.Con su sabiduria pudo mantener mucho tiempo a su pueblo unido…pero¿cuando no?el hombre blanco codisioso y ambicioso.Les robo la paz despojandolos de sus tierras.Ah pero q razon tubo este maravilloso indio al decir que el blanco,se resbalaria en sus propios desperdicios.Desde lo alto esta viendo al codicioso,destruyendose asi mismo.Y ahi va la cadena de estruccion VIVA TORO SENTADO VIVA

  14. Lo mas terrible que veo actualmente es que la herencia indigena norteamericana ha sido pisoteada por los desendientes ingleses que hoy poblan estados unidos.Ellos mismos acabaron con la tradicion y cultura india y hoy dia prevalece la senofobia y discriminacion hacia sus desendientes indios.Realmente los siux cheyens pieles rojas son los verdaderos americanos y no los desendientes de los ingleses y españoles que tanto daño hicieron a nuestro continente

  15. admirable la vision de este guerrero siux,ojala un dia recapacitemos y repitamos su ejemplo de respetar la naturaleza

  16. Creo que aunque recapacitemos, no hay vuelta atras,el circulo que hablaba TORO SENTADO ya lo iniciamos y tenemos que cerrarlo con nuestra propia destruccion. Porque no solo los gringos son destructores , nosotros tambien teniendo una pequeña oportunidad.

  17. Yo quisiera saber si alguien sabe si toro centado tenia un hijo que se llamaba toro cebú

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