ALUMNOS DE HUMANIDADES UNIVERSIDAD DE VALENCIA NAU GRAN, VISITAN AL MUNDO DOGON EN EL MUVIM.


De derecha a izquierda, Nieves, Fina, ana, Rogelio,  Juanita,  y Florián

De derecha a izquierda, Nieves, Fina, Ana, Rogelio, Alfredo,Juanita, Lucia y Florián

 

       André Malraux: «La máscara africana no es la fijación de una expresión humana,   es una aparición… El escultor no incluye en ella un fantasma que ignora, el escultor suscita el fantasma con su geometría, su máscara actúa menos en la medida en que ha salido al hombre que en la de que no ha salido.

 

Desde este blog Alfredo hizo una llamada para realizar está visita, con el escaso  e insuficiente tiempo de unas horas. Asistimos un grupo de alumnos y algunos invitados.

En este Museo, vimos dos exposiciones conexionadas, nada mejor que sean los Comisarios de los eventos Por Nicolás Sánchez Durá y Hasan López Sanz, quienes nos lo expliquen. A través de su erudita información publicada en Internet en: Ojos de papel.com (Los comentarios es un extracto de su larga y completa explicación). Nos tomamos esta libertad, porque hemos sido/somos alumnos del Profesor Sánchez Dura, del que hemos recibido sus sabias disertaciones sobre temas antropológicos, cuando extasiado en su tema solo descansaba para tomar un sorbito de agua. Al redactar este resumen, el profesor estaba en su soñado viaje a Etiopia, a su regreso nos someteremos a su veredicto.

La Misión etnográfica y lingüística Dakar-Djibouti (1931-1933) y el fantasma de África

En el año 1931 se realizó una de las primeras investigaciones sobre el terreno de la etnografía académica francesa: la misión Dakar-Djibouti. Dirigida por el etnólogo Marcel Griaule.  La expedición duró 21 meses y cruzó el continente africano desde el Atlántico hasta el mar Rojo, a lo largo del borde inferior del Sahara. Uno de los objetivos principales la recolección de objetos etnográficos y la revalorización de las culturas indígenas mediante el conocimiento de sus costumbres. Marcel Griaule declaró: “Debo llamar especialmente la atención sobre el interés de reunir sistemáticamente colecciones numerosas acompañadas de toda la información relativa a cada objeto […] y de dar las directrices a quienes viven sobre el terreno y no dan importancia al valor de esta documentación.

En la expedición participaron un total de diez investigadores especializados en campos de estudio diferentes (musicología, geografía, lingüística, pintura, etnografía, etc.): “Tómese como ejemplo la cestería. Corresponderá al botánico determinar qué plantas (especies, géneros…) son utilizadas por los indígenas para su fabricación. El químico estudiará los procedimientos del tinte. Pero el artesano tiene una técnica particular… El fotógrafo no debe tampoco faltar para captar en vivo las habilidades del oficio y del artesano. Por su parte, el musicógrafo deberá registrar las canciones del canastero, aunque será el lingüista quien anote las letras. Finalmente, el etnólogo se informará de los múltiples usos de los objetos de cestería, así como de las leyendas, de las costumbres propias de esta corporación de obreros”.

La importancia de este viaje de investigación es que fue el inicio para construir la etnología francesa. En su organización y puesta en marcha se advierte cómo confluyen intereses políticos, culturales y artísticos que reflejan el espíritu de una época tan contradictoria como interesante. Pero la Dakar-Djibouti tuvo también una dimensión museográfica, el proyecto de reorganización del Museo de etnografía del Trocadero sirvió de argumento central para legitimar y defender la realización de la Misión ante la Asamblea Nacional. Los objetos recogidos permitirían rellenar las lagunas, importantes en la época, de las colecciones africanas del Museo y posibilitarían la creación de una institución museística a la altura de la que poseían otras metrópolis como Bélgica o Inglaterra. En este sentido, la Dakar-Djibouti fue claro ejemplo de la aparición de una disciplina que en su origen estuvo estrechamente vinculada a la tarea colonial, a la vez que a los conflictos de prestigio y hegemonía entre las potencias coloniales europeas. 

En la época, existía atracción generalizada por el exotismo y por el arte africano, por “lo negro”. Este fue el punto de convergencia entre la etnografía y las corrientes artístico-literarias de la época, algunas de las actividades que se organizaron en torno a la expedición Dakar-Djibouti mostraban la proximidad a esta corriente (y también al surrealismo), que veía en el arte africano, como arte primitivo, una instancia crítica desde donde avistar críticamente la cultura y civilización occidental.

Es notable, y hasta cierto punto sorprendente, que a la Misión Dakar no se le haya dedicado ninguna gran exposición, tan sólo algún esbozo carente de todos los recursos que hubieran sido deseables. Ahora bien, la Misión Dakar-Djibouti, por su complejidad y variedad de dimensiones, permite ser narrada de muchas maneras a través de una exposición. Nuestra propuesta no es hacer una exposición meramente etnológica, sino al hilo de las fotografías que produjo (se tomaron más de 6000), de los objetos que fueron recogidos y clasificados y de los documentos públicos y mundanos que generó, ver cómo todo ello contribuyó poderosamente a la variada recepción de “lo negro” en el ámbito de la cultura y la conciencia pública francesa y europea de la época. Es especialmente importante que los documentos expuestos no sean tan sólo los fotográficos y gráficos en general. Por tanto, debe utilizarse una variada selección por tipos, etnias y lugares de los objetos etnográficos recogidos por la Misión (que fueron más de 3000), así como los carnés fotográficos y de inventario de objetos, las agendas, cuadernos de notas de campo, informes, etc. Con todo, además de estos documentos, alrededor de la Dakar-Djibouti se produjeron muchos otros no menos interesantes y que permiten observar la dimensión pública que alcanzó: publicaciones anteriores y posteriores a la realización de la Misión

El objetivo fundamental de este espacio es mostrar al visitante los diferentes flancos de recepción de “lo negro” en la Francia colonial de finales de los años 20 y principios de los 30. La sección comenzará evocando la atracción por lo exótico y por el arte negro manifestada por los movimientos artísticos de vanguardia, movimientos a los que pertenecieron algunos de los miembros de la Misión Dakar-Djibouti. 


El discurso colonial y su tarea civilizatoria y patriótica esta latente en los documentos gráficos y pasa a un primer plano. Fotografías del trabajo fabril (metalurgia, industria eléctrica, etc.), de las grandes explotaciones agrícolas, (tabaco, algodón, cacao, maíz, etc.), de infraestructuras (hospitales, puestos comerciales y militares, juzgados, ayuntamientos, escuelas, estaciones de tren, puentes, etc.) de recepciones de los administradores coloniales en las regiones sometidas, de escenas de caza, de las misiones católicas y la acción misionera, etc..
 

Se presta atención a dos de los espacios más importantes de divulgación de la ideología colonial en Francia: las exhibiciones humanas de las etnias colonizadas o “villages noirs”, y las Exposiciones Coloniales, principalmente la de 1931. 

En las imágenes y documentos de los “villages noirs”, se podrá ver cómo la alteridad cultural se muestra en toda su extrañeza, fabricada e impostada, reducida en definitiva al estado de salvajismo defendido por el evolucionismo cultural. Imágenes impresionistas que juegan con las poses de los sujetos representados y que escenifican una cotidianeidad impostada y ficticia. De ellas, se prestará una atención especial a las imágenes de las famosas “femmes à plateau”, cuyas expansiones labiales y desnudez llamarán la atención del gran público y de las visitas escolares.

La sección se cerraba con la proyección en pantalla líquida de una selección de fragmentos de la película de Marc Allegret, compañero de viaje de Andre Gide, Voyage au Congo (1929). 

Nuestro grupo, contaba con dos “expertos” Lucia que como turista infatigable conoce el mundo Dogón,  y Florián residente temporal en África con sus actividades madereras, aunque todos manifestaban conocimientos, inquietudes y expusieron sus puntos de vista, con tal pasión que sobresalían en su tono de voz, interfiriendo a la numerosa asistencia.

Lo que más nos llamó la atención:

  • Los vanguardistas automóviles Citroen, provistos con cadenas para caminar por la arena.
  • La extensa documentación de los investigadores que se realizaron con técnicas cercanas a la “la descripción de un notario”: fotografías, fichas de información etnográfica, planos, cuadernos de diario y agendas.
  • Una colección de muñecas infantiles.
  • Los gorros de circuncisos
  • Los curiosos documentales
  • Los cuchillos para lanzar, uno de ellos con un sistema similar a una onda.
  • Los fetiches de la reproducción uno de hombre exagerado en tamaño y la de una madre con su bebe adherido a su espalda con unas garras, como un animalito.
  • Las bellas fotos difíciles de conseguir con los medios elementales de hace setenta años.
  • La colección de cerraduras de madera dura, una artesanía de bello ingenio aplicado a utilidad practica.
  • Las máscaras Dogón zoomorfas, no representan el animal sino el espíritu del animal  Espíritu/gacela, Espíritu/jabalí verrugoso, Espíritu/….
  • Una mascara de cocodrilo, con vestimenta, el vestido forma parte de la mascara, aunque esta es la más importante.
  • Una máscara Dogón de aproximadamente un metro de alto incluida la cruz, que nos pareció de lo más importante por la simbología que encierra,

Ante esta máscara alguien del grupo la definió como la  Kanaga, a la que otro hizo observar que era muy similar más no era esa, ante la diferencia se ha obtenido documentación que afirma que la expuesta en el MUVIM no es la citada, aunque tiene relación muy próxima:

kanagagr

 

 La máscara Kanaga, representa un pájaro africano del mismo nombre. La forma triangular del rostro es la mandíbula del pájaro, y la forma cónica inferior es la lengua. Está coronada por una superestructura que representa las alas extendidas de un pájaro mítico Komondo. Las dos pequeñas figuras de la parte superior hacen referencia al mito de la creación y representan la primera pareja humana que los Dogón consideran sus ancestros. En la cruz la parte  superior simboliza el mundo de lo sobrenatural, y la cruceta inferior simboliza lo terrenal. Que se unen en una línea central simbolizando la unión de ambos mundos La línea que une las dos crucetas, es la unión que existe entre ambos mundos y de acuerdo con la mitología, esta parte de la máscara es la mano de Dios.     

 

Ceremonia Dogón

Ceremonia Dogón

 

 En la danza ritual, el portador de la máscara se inclina hacia el suelo mientras baila, dirigiendo la cruceta superior hacia la tierra con el fin de establecer una conexión entre lo terrenal y lo sobrenatural.  En los ritos funerarios, los miembros de la sociedad Awa bailan con las máscaras en el tejado de la casa del muerto para conducir su alma (nyama) a su descanso eterno, y al mismo tiempo para defender a los vivos del daño que pudiera hacerles. La máscara de Kanaga también es utilizada para proteger a los cazadores de la venganza de la presa que ha matado.

La máscara reflejada en la fotografía, es el modelo  Kanaga y utilizada en rituales y tiene la cruceta inferior con las puntas del extremo hacia abajo y en la corona dos figuras humanas. En la que esta depositada en el MUVIM, los extremos de la cruceta están hacia arriba y en la parte superior es un pájaro, lo que podría simbolizar la creación de animales.

 

 Comentario: En está visita, nos hemos sentido inmersos en estas culturas africanas, exóticas,  misteriosas y poco conocidas, hemos sido transportados a épocas pasadas, introducidos a estas misteriosas culturas, de hombres sabios que luchaba con escasos medios y abundantes peligros por la supervivencia. Hemos contactado con sus costumbres comunitarias, y asombrados del esfuerzo por sobrevivir en medios inhóspitos. Vivir allí sin el stress de la vida occidental, sin las tensiones del trabajo, en tal remanso de paz es un lujo que envidiamos. Los africanos acostumbrados a él quisieran vivir en el “paraíso occidental”

La visita a esta exposición donde se conocen estas interesantes culturas es aconsejable como experiencia de acercamiento única a este noble pueblo Dogón, que lentamente se va accidentalizando, que dejan de ser agricultores que riegan sus campos con agua transportada en calabazas, para hacerlo con motor, cazan poco y crían ganado, quedan pocos herreros y los que están activos desarrollan el arte de su trabajo con destino al turismo, donde la máscara es un objeto de madera, sin que contenga el espíritu de ningún, antepasado y donde actores representan sin pasión los ceremoniales y danzas que corresponden a una globalización de la cultura basada en intereses mercenarios.

Nuestra Clasificación de las exposiciónes: *****. 

pc021132

 

 

2 comentarios en “ALUMNOS DE HUMANIDADES UNIVERSIDAD DE VALENCIA NAU GRAN, VISITAN AL MUNDO DOGON EN EL MUVIM.

  1. Sos mu fotogénicos todos.Yo-que vivo a 10 mts. del Museo me entere tarde.
    Muy buena idea la de las Kedadas….

  2. Florián, como sabes no tengo mucho tiempo en el trabajo, ni ordenador por la tarde, cuando puedo os leo, esta muy bien. Enhorabuena a todos y en especial a tí que eres el mejor.

Deja un comentario